NUESTRO MODELO DE ORACIÓN

LECCIÓN N° 6 – SÁBADO 07 DE NOVIEMBRE DE 2020

Lucas 11: 1 

“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos” 

Nadie podrá negar que Jesús fue único. Lo que fue, lo que hizo y lo que enseñó, todo tiene significado. ¿Cuál fue el secreto de su vida y su misión particular? Un estudio profundo de los Evangelios nos da una respuesta clara y sorprendente: su relación con el Padre, una manera de cultivar esta relación fue la oración. 

Jesús, el mayor luchador en oración entre todos, nos mostró cuándo y cómo orar, y qué decir de una oración. En un mundo peligroso, separado de la gloria de su Padre y la adoración de los ángeles, soportó la soledad y la tortura del corazón. Su fuente de fortaleza, como veremos, fue su comunicación con su Padre. 

Basados en la experiencia profunda y vital que Jesús mantuvo con su Padre por medio de la oración, descubrimos que la oración es entre nosotros y Dios, y no para impresionar a los demás. Observemos que cuando Jesús deseaba comunicarse con su Padre siempre buscaba un lugar a solas con él. Así de esta manera, aprendamos que nuestro corazón no tiene la actitud correcta si lo que buscamos es que los demás nos vean y admiren nuestras palabras. Al orar, nuestro deseo más grande debe ser pasar tiempo con Dios y hablarle desde lo más profundo de nuestro corazón.

1.- ¿Qué nos enseñan los siguientes versículos acerca de la vida de oración de Jesús y de la oración en general? Lucas 5: 15, 16  / Marcos 1: 35  / Lucas 9: 18  

Sería bastante difícil estudiar sobre la oración en la vida de un creyente, sin examinar antes la vida de oración de Jesús durante su ministerio terrenal. Así que debemos ver lo que Jesús hizo para poder seguir sus huellas y, consecuentemente, llevar una vida de oración y fe.

Cuando Jesús comenzó su ministerio aquí en la tierra, dio indicios claros de quién era. No tuvo que decirlo a toda voz en cada lugar que iba, sino solamente con sus hechos y sus milagros dejó claras evidencias de que él era el Mesías prometido.

Podemos decir que él era el Hijo de Dios y de hecho lo era, pero ¿qué fue lo que lo hizo especialmente sobresaliente de entre los hombres? Por supuesto que fue su perfecta comunión que tenía con su Padre.

NOTA

Los discípulos veían constantemente el ejemplo que Jesús daba en la oración, y notaron la relación directa entre el ministerio maravilloso de Jesús y su fervorosa vida de oración. Esto era así, porque Jesús consideraba que la oración era más importante que la comida. La Biblia nos relata que horas antes del desayuno, “muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar” (Marcos 1: 35).

Para el Hijo de Dios, la oración era más importante que reunir grandes multitudes. La Biblia dice: Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba. (Lucas 5: 15, 16)

Notemos los resultados de la oración. Oró en funerales, y los muertos resucitaron. Oró por cinco panes y dos peces, y una multitud fue alimentada. Oró: “No se cumpla mi voluntad, sino la tuya”, y se abrió un camino para que hoy tuviésemos acceso directo a nuestro Dios por medio de su precioso nombre.

2.- ¿Cuáles fueron las palabras de Jesús para Pedro, cuando se acercaba el momento en que le negaría? Lucas 22: 31, 32

Jesús sabía que Pedro iba a ser tentado y no pide al Padre que lo libre de la tentación, sino que su fe sea suficiente para soportarla. ¿Se da cuenta amado hermano que significa esto? ¿No nos enseña esto de cuál debiera ser nuestra visión de lo que significa orar y que nuestra oración tenga respuesta?

Muchas veces nos equivocamos al momento de pedir a Dios que nos quite de encima nuestros problemas y aflicciones. Debido a esto vienen las frustraciones como hijos de Dios y decimos: “Dios no me escucha”. Sucede que las respuestas ante nuestras oraciones no son lo que esperábamos. Pero, ¿Por qué?

NOTA

Mas que aprender cómo orar, necesitamos entender cómo Dios responde nuestra oración. En realidad, podemos expresar palabras muy bien ordenadas e incluso ser considerado como una persona que “ora bien”. Pero la oración poderosa y eficaz es aquella que confía en la voluntad de Dios. A veces deseamos que el Señor quite de nosotros alguna carga que llevamos, pero es a través de ella que Dios quiere manifestarse en nosotros y fortalecernos.

Notemos las palabras que Jesús dice a Pedro: “Satanás quiere zarandearte, pero yo he rogado por ti…” ¿Nota usted la tierna preocupación de Jesús hacia Pedro y sus discípulos? Ya Satanás había zarandeado a Judas, pero ahora Jesús estaba diciéndole que iba a caer, pero que se arrepentiría. Esto nos enseña que, aunque Jesús intercede por nosotros y ruega por nosotros ante el Padre, necesitamos nosotros mismos acercarnos también a Dios por medio de la oración. En realidad, lo que Jesús le estaba diciendo a Pedro era: “Pedro, viene una gran prueba para ti, por tanto, busca a Dios en oración para que tu fe no falte.

Es reconfortante cuando alguien le dice a usted: “Mi hermano, estoy orando por ti”. Pero si falta la oración en usted, ¿Qué puede esperar?

 

3.- ¿Cuáles son unas de las razones por lo que no recibimos respuesta ante nuestras oraciones? Santiago 4: 3;  1°Juan 5: 14

Las respuestas a la oración dependen de dos cosas: La naturaleza de lo que se pide y el espíritu o actitud con que nos presentamos ante Dios. El que ora sin esperar o recibir una respuesta de acuerdo con la voluntad de Dios, está orando mal, y como consecuencia no tendrá respuesta y seguirá la frustración y el desánimo.

¿No cree Ud. que sería ilógico pensar que Dios puede contestar nuestras oraciones si nosotros estamos haciendo solamente nuestra voluntad y no la de Él?

NOTA

Para someter toda nuestra voluntad al Señor y lograr una vida de oración victoriosa y libre de frustraciones como cristianos, debemos humillarnos con todo nuestro corazón al Señor, y decirle sinceramente, que muchas veces queremos que se haga sólo nuestra voluntad, y que se cumplan nuestros deseos. Sólo cuando entendamos que no podemos seguir viviendo una vida cristiana a medias, con oraciones mediocres y sin fuerza, y permitamos que la poderosa y atrayente influencia del Espíritu Santo quebrante por completo nuestra voluntad, y nos rindamos únicamente a los pies de nuestro Salvador, solamente así y de ninguna otra forma, seremos hombres y mujeres de valor y de oración, que oraremos esperando respuesta del Señor ante nuestras peticiones, favores e intercesiones, pero que por sobre todo nos deleitaremos en que se haga la Santa Voluntad de nuestro Señor.

4) Lea la oración de Jesús por sus discípulos en Juan 17: 1 – 26 y extraiga parte de lo que pidió a su Padre para sus seguidores?

Esta es la oración más sublime y maravillosa de Jesús que quedó registrada por el apóstol Juan. En ella Jesús no solamente ora por él mismo debido a que pronto sería entregado a manos de pecadores, sino que también incluyó a quienes Dios les había entregado, o sea, sus discípulos y también los creyentes en general.

Creemos que podemos decir, sin duda alguna, que esta oración fue una de las oraciones más sencillas en palabras, pero una de las más ricas y maravillosas expresiones de amor, ternura y misericordia hacia quienes le siguieron en todo su ministerio. Sí, solamente debemos leerla y nos podremos dar cuenta de su contenido. Una oración libre de todo orgullo y egoísmo. Él pide por sus discípulos, que Dios los libre del mundo y del mal; pide por todos los creyentes de ese entonces y lo que es más impresionante; pide por todos quienes en el futuro llegarían a creer en él (Juan 17: 20).

CONCLUSIÓN

Estamos viviendo tiempos tremendamente peligrosos, de una gran necesidad espiritual y esto irá cada vez en aumento, por tanto, no sólo es importante, sino más bien necesario y urgente, que como “hijos de Dios”, nos ubiquemos en el lugar correcto y actuemos de la manera correcta, conforme a la voluntad de Dios. ¿Está Ud. en el lugar correcto y haciendo lo que le agrada a Dios? Recuerde la vida de Jesús y más específicamente su vida de oración, que fue lo que marcó la diferencia, con las vidas ineficaces de los sacerdotes rabinos.

La vida de Cristo fue y será siempre el ejemplo sublime al cual debemos imitar. Aquellas horas a solas que tenía junto a su Padre muy de madrugada; hoy deben iluminar nuestra vida y darnos la clave para tener una vida de victoria, en lo que se refiere a la oración. Podemos tener mucho conocimiento de la vida de Jesús, pero nada de práctica en nuestra vida diaria.

Le invitamos a que pueda experimentar el gozo de tener una vida de íntima comunión con nuestro Padre Eterno, por intermedio de la llave que abre las puertas del cielo, la oración.